jueves, 16 de junio de 2011

Lo más cerca.. Siberia.

Quemazones con hielo. Dos polos opuestos que se repelen. Todo paradojas. A unas cuantas millas nuestros cuerpos, quilómetros de un mismo metro cuadrado. Morir de ganas y por ello, huir de ellas. Huir del espacio. Que al final tanta vuelta no sirve de nada. El círculo siempre acaba en el mismo punto. En el punto donde tu quisiste ponerlo, probablemente en el más alto. Y sin embargo, al girar, en tu entorno solo esperas ver pingüinos. Demasiado frío. Demasiada calor y poco abrigo. Qué paradójico puede ser todo, otra vez. Conjugar el verbo "odiar" de todas las formas posibles, y al final quedarse con la primera persona del singular. Y se muerde los labios, el corazón y todas las entrañas, porque no puede morder lo que tiene delante (y a la vez tan lejos). Y por eso huye, puto cobarde.

Y como dice una gran mujer. ¿No será que corazón es el aumentativo de coraza?. Esta mujer: Ajo Micropoetisa.