Se han acabado las coplas. Aunque cantaré cada una de mis
acciones, como tú lo hacías. Hoy cantaré que siento haber estado lejos. Las
gallinas han dejado de revolotear y he acabado creciendo tanto que ya no entro
en el corral. Permíteme que me guarde tus historias. Todas y cada una. Las de
la guerra, las que adoraba y odiaba por igual. En mi cabeza seguiré haciéndote
dibujos sentado en tu balcón, y ya seguro que el rosal no querrá seguir
creciendo. Yo seguiré haciéndolo, por si puedes verlo desde algún lugar. Aunque tú puedes seguir llamándome Carlitos. Siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario